Productores del Delta: el ejemplo de los que se quedaron a seguir luchando

0

Hay ejemplos de vida que vale la pena conocer: mientras muchos productores de la zona isleña optaron por otros caminos, esta familia se quedó a trabajar y defender la producción local haciéndole frente a las crisis y a los imponderables que manda la naturaleza. Todo por amor a la isla.

Viven en pleno Delta del Paraná de las Palmas de Escobar. Hace ya 70 años que Norma Izaguirre de Corrionero nació y se crió en este mundo natural. Junto a su marido, Miguel Ángel, soportaron las peores crecidas del río Paraná y no abandonaron. El ejemplo más reciente fue en el 2016, “cuando todo el mundo hablaba de las inundaciones en Entre Ríos, aquí se rompió un dique que se había construido en el año 83´ y el agua nos arruinó todos los electrodomésticos y nos quedamos casi sin nada”, comentó Norma.

En lo que respecta a la producción y venta de productos, hace treinta años que este matrimonio tiene su local en la ribera del Paraná frente a Prefectura: “cuando empezamos daba pena ver lo era ésto, un galpón enorme con cuatro o cinco artesanías que no alcanzaban para nada, luchando con las mareas que nos perjudicaban, pero con perseverancia y trabajo lo fuimos agrandando; además hicimos los cursos que se dictaban en esa época para saber elaborar productos en mimbre, también había tejido en lana e hilo. En este momento momento hay nuevos artesanos, 24 en total, que son de la isla y hacen trabajos en madera, junco, tejidos al crochet, lana, hilo, yeso pintado a mano, adornos en goma eva, en caña, y últimamente nos traen artesanías hechas en arcilla o barro provenientes de la provincia de Salta.

Este matrimonio tiene tres hijos quienes también viven en el Delta y se dedican a la plantación del mimbre, con el cual hacen leñeros, ánforas, canastas de compra, de ropa y hasta cuchas para mascotas.

Miguel Ángel se refirió puntualmente a la vida transcurrida en la isla: “nacimos acá, nos gusta este lugar y aquí nos quedaremos, amamos la tranquilidad, nuestra casa queda abierta cuando nos vamos, nunca tenemos problemas, hay un entorno maravilloso de árboles y plantas que no se compara con nada; de todas formas estoy convencido de que el cambio climático es algo real y palpable, el Río de la Plata crece entre 40 y 50 cm. por año a causa de los grandes deshielos, a éso se le suman las lluvias en el norte argentino y Brasil y cuando se juntan estas dos vertientes, a la primera sudestada se nos complica mucho el panorama”.

Desde el punto de vista comercial, los productores del Delta se quejan de la incesante entrada de productos importados: “nos están matando – admiten – porque son mucho más baratos y llegan en cantidades, habría que controlar más la entrada y defender la industria argentina, se ha notado en la decadencia de la venta; hace tres o cuatro años se vendía muy bien pero es difícil competir con algo que vale la mitad; si hablamos de mermeladas y productos de ese tipo fíjese que hace años teníamos treinta o cuarenta hectáreas de frutales como peras, manzanas, duraznos… pero ahora todo es un bañado, no quedó nada; el tema es que la gente de buen poder adquisitivo ha comenzado a construir diques y cuantos más hay, el agua se encajona en mayor medida en el río porque no tiene dónde expandirse, así que a los pequeños productores nos arruinaron, pero somos caprichosos y nos seguimos quedando acá”.

Para finalizar, Norma destacó la puesta en valor del Paraná que llevó a cabo el municipio: “acá en treinta años nunca se hizo nada igual, no podemos creer cómo quedó la costanera ahora, todas estas mejoras nos van a ayudar a vender un poco mejor, seguramente; éso sí, esperemos que no aumenten tanto los alquileres porque ahí sí que se nos va a hacer cuesta arriba”.-

Dejar un Comentario