En el Paseo de Compras Cultural República de Bolivia, se está llevando a cabo la primera edición de la Fiesta de la Frutilla, que cuenta con la participación de productores de toda la región. Un destacado ejemplo es el de Rosa Condorí —productora de la zona de Escobar— , quien vive una jornada que no olvidará fácilmente. Es la primera vez participa de un evento para mostrar el fruto del trabajo familiar.
Con una mezcla de timidez y orgullo, Rosa cuenta que lleva seis años dedicada a la producción de frutillas. Su marca, Alex Ibarra, ya es conocida dentro de la colectividad boliviana y se sostiene desde unas 30 hectáreas de cultivo que trabaja junto a toda su familia.

«El proceso, explica, es paciente y artesanal: los plantines se colocan en febrero y recién en septiembre empiezan a verse los primeros resultados. Entre tanto, hay que cuidar la planta, sacar hojas y flores en mal estado, protegerla del frío y acompañarla en cada etapa. Cuando la tierra es nueva, asegura, casi no necesitan agroquímicos». “Tranquilo, no perjudica a nadie”, dice, buscando siempre despejar las dudas del consumidor.

En cuanto a la producción, Rosa habla con la precisión de quien conoce cada surco de memoria. Pueden llegar a sacar entre mil y dos mil bandejas, aunque todo depende del clima. “Este año vino la lluvia, la tormenta… y perdimos mucho. Hay veces que sembramos todo el año y trabajamos gratis”, confiesa, sin dramatismo, como quien ya aprendió que el campo manda.
La competencia entre productores existe, claro, pero conviven con un precio más o menos uniforme y, según Rosa, la demanda está en alza: “Antes no era tanto, pero ahora la gente pide frutilla y frutilla”.
Productores de Robles, Zárate, Pilar, Moreno y hasta La Plata también forman parte del circuito. Y aunque el calor no ayuda, el fruto se defiende: “Sirve para el día, pero tratamos de mantenerla fresca para que la gente la pueda onsumir de diferentes formas: sola, en licuados o como les guste”, admite, mientras muestra orgullosa la cosecha impecable que trajo para la fiesta.
La escena final es simple, pero lo dice todo: Rosa agradece, sonríe y vuelve al stand donde la espera su familia. Ellos —su marido, sus hijos, todos juntos— son parte de la cosecha más firme que ha logrado.
Y mientras la música y el movimiento continúan en esta primera Fiesta de la Frutilla, queda claro que Rosa no solo cultiva fruta: cultiva historias, esfuerzo y un futuro que, a fuerza de trabajo, se vuelve cada vez más dulce.
¿De dónde proviene la frutilla?

La frutilla —también conocida como fresa— es un fruto que se originó en regiones templadas del hemisferio norte. Las primeras variedades silvestres crecían en Europa y América del Norte, pero la frutilla moderna que conocemos hoy surgió en el siglo XVIII, cuando en Francia se cruzaron dos especies: una americana (Fragaria virginiana) y otra chilena (Fragaria chiloensis). De ese cruce nació la frutilla grande, roja y aromática que se cultiva actualmente en todo el mundo.
Hoy, países como Estados Unidos, México, España, Egipto y Turquía están entre los principales productores. En Argentina, las zonas destacadas son Santa Fe, Tucumán, Córdoba, Buenos Aires y Corrientes.
Principales bondades nutricionales de la frutilla
Altísima en vitamina C: aporta más vitamina C que una naranja por porción. Fortalece el sistema inmunológico y actúa como antioxidante.
Rica en antioxidantes naturales: contiene antocianinas, flavonoides y ácido elágico, que ayudan a prevenir el envejecimiento celular y protegen el corazón.
Baja en calorías y azúcares:ideal para dietas equilibradas. Una taza de frutillas aporta alrededor de 50 calorías.
Fuente de fibra: mejora la digestión, ayuda a regular el tránsito intestinal y contribuye a la sensación de saciedad.
Aporta minerales esenciales, como potasio, manganeso y pequeñas cantidades de hierro y calcio.
Hidratante y refrescante: tiene alrededor de un 90% de agua, lo que la convierte en una fruta ideal para días de calor o para deportistas.
Aliada del corazón: por sus antioxidantes y su bajo contenido de sodio, contribuye a reducir riesgos cardiovasculares.-